literatura

Inmortalizando la madrugada

58df1b6940808b3d23d4ffa5923e3239

Mis pupilas grabaron tu imagen
mis manos escocían por la necesidad de sentir tu piel
tu sonrisa fue mi boleto, uno sólo de ida, y no es que me preocupara

Mis huesos se desintegraron y mi mente era un agujero negro
toda yo lista para desaparecer y llegar a cualquier mundo
donde vos me llevases

Tu mirada perspicaz se clavó en mi corazón
y no podía hacer otra cosa que sonreír

Dejándome llevar, bailando al ritmo de tus latidos
nada tenía más sentido que eso

La complicidad desatada entre ambos
y no hice más que perderme en todas las sensaciones que me provocabas

Tus ojos oscuros me recordaban el vaivén que sos
con tus actitudes y desplantes

Pero deseché esos pensamientos
No esa noche

Abandoné razones y me recreé una y mil veces en tu cuerpo

Esa noche fuimos lo que nunca somos
dejaste de ser hielo para ser fuego

Y si tus labios me hubiesen incendiado
hubiera estado bien, demasiado bien

Me quedo con esa noche
Eternamente
Inmortalizándonos cual dioses del Olimpo

2 comentarios en “Inmortalizando la madrugada”

Deja un comentario